El mundo hotelero es volátil. Las cargas de trabajo varían de manera exponencial de una semana a otra.
Puede que un domingo solo lleguen un par de clientes y, de repente, la siguiente semana cada una de las habitaciones esté ocupada, al punto que prácticamente no cabe ni un alfiler en el hotel.
Esto se debe, claro está, a la vorágine que ocasionan las temporadas altas y bajas. La planificación anual de un hotel está directamente relacionada a estos periodos que marcan la agenda.
A partir de ellas, el equipo gerencial define diversos aspectos vitales para la operatividad de la compañía, como: los cronogramas de los trabajadores, control de inventario, mantenimiento general y el manejo de la imagen corporativa.
La manera en cómo se prepara un hotel para cada una de las temporadas tendrá una importante influencia en el rendimiento que alcanzará durante el año. Por eso, en este artículo te ayudaremos a prepararte.
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En esta industria, la improvisación significa una soga al cuello para cualquier gerente. La falta de planificación trae resultados catastróficos.
¿Faltan seis meses para la temporada alta y aún no tienes una estrategia clara? Para algunos puede parecer que queda mucha tierra de por medio, sin embargo, quienes cuentan con experiencia en la industria del hospedaje saben que hay que ponerse manos a la obra desde los meses previos.
Las temporadas altas, por su dinámica vertiginosa, traen imprevistos de por sí, por ello, es necesario prepararse para múltiples escenarios y adecuar tanto la infraestructura como el talento humano para afrontarlas.
No hay mayor fracaso para una empresa hotelera que una muy baja afluencia durante la temporada alta. Esto significa que las estrategias gerenciales fueron desacertadas o simplemente que hubo carencia de ellas.
Es importante trabajar en el posicionamiento del hotel para que, antes del periodo de reservaciones para la temporada alta, se coloque como uno de los preferidos por el público.
Para ello, existen diferentes compañías que ofrecen soluciones tecnológicas, ayudando a darle exposición al hotel a través de diversos canales, tales como las plataformas para viajeros y las redes sociales.
Por supuesto, mientras más pronto reserven los clientes, más tiempo tendrás para adiestrar al equipo de trabajo y preparar la infraestructura de cara a la temporada alta. Una manera de lograrlo es que brindes facilidades de pago.
En la temporada baja, puede que las áreas comunes del hotel se encuentren un tanto solas. Los mesoneros, quizás, tengan pequeños periodos de ocio; las mucamas, también. Sin embargo, el equipo gerencial no debe descansar.
Antes y durante la temporada baja se deben hacer los mayores esfuerzos para captar clientes, para ello es necesario diversificar el negocio.
Tal vez la época no se preste para generar importantes cuotas de ingresos a través del hospedaje, pero sí es un momento oportuno para atraer a organizaciones o personas que quieran hacer uso de las instalaciones para distintos eventos.
Además, en la temporada baja también se debe alimentar con frecuencia las redes sociales de la compañía para atraer distintos tipos de clientes.
Lógicamente, el paquete de precios durante esta época tiene que ser mucho más atractivo. Esa premisa forma parte del ABC de la industria hotelera.
Sin duda alguna, la manera en cómo se planifica el hotel de cara a las temporadas altas y bajas es uno de los factores que pueden llegar a marcar la diferencia. ¡Así que prepárate cómo es debido!
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